La Tapadera

El tópico de las narraciones obre la mafia

Las reglas no escritas

La película The Firm - La Firma -, traducida en España, creo que de forma más acertada, como La Tapadera es una película de suspense y acción basada en el Best Seller de John Grissam de idéntico nombre, quizás una de sus mejores adaptaciones, interpretada por Tom Cruise (Nunca ha ganado un Oscar aunque ha recibido tres Globos de Oro, quizás su mejor interpretación fue la de Nacido el 4 de Julio por la que - en mi opinión - lo merecía), Ed Harris (candidato a los Oscar en cuatro ocasiones), Gene Hackman (Oscar merecidísmo en The French Conexion), Jeanne TripleHorne y - la excepcional - Holly Hunter (memorable interpretación en El Piano que le valió tb. para un Oscar). Dirigida por el gran director Sydney Pollack, (también oscarizado por Memorias de África y Nominado hasta en seis ocasiones como Mejor Película o Mejor Director).




Como película que adapta a una novela de éxito es una buena película sin llegar a ser una obra maestra pero que con un reparto excepcional y un ritmo trepidante es capaz de mantener la tensión hasta el final de la misma con grandes secuencias de persecuciones, secuencias entrelazadas con escenas en varios lugares, etc. La solvencia de Pollack se puede apreciar en todos los aspectos de la película y la categoría de los actores se deja sentir más que de sobra. Tiene, en mi opinión el pero de que le falta el alma que el gran director no ha puesto en esta película, quizás porque no sea necesaria para la trama pero que en otras ocasiones se percibe y llega perfectamente.

Tiene, desde luego, una gran virtud y es describir perfectamente la sensación de ahogo del protagonista cuando se da cuenta de que la gran firma de abogados de Memphis que le acaba de contratar no es más que una tapadera fraudulenta, un grupo mafioso que emplea la firma de estos abogados para evadir impuestos y para la realización de negocios fraudulentos.


En esta obra se percibe perfectamente los tres clásicos elementos del tópico mafioso como son: la corrupción económica, la ética del respeto a sus reglas internas y la "omertá" o ley del silencio impuesta por la organización como escudo protector del negocio fraudulento y que siempre tiene consecuencias nefastas en el caso de incumplirse.

Esta ética de comportamiento es un tópico que recoge la narrativa y el cine basándose en la realidad palmaria de ese comportamiento mafioso y es curioso como la aplicación de esos tres elementos aparecen en el film como tres escalones de un pozo oscuro que parece no tener salida. Solo la determinación del protagonista y la ayuda inestimable de la excepcional Holly Hunter con el gancho de la guapísima esposa de Cruisse: Jeanne Triplehorne que enamora al carismático Gene Hackman logrará darle una salida acertada a la trama, eso sí, bajo promesa de callar definitivamente la trama descubierta.



Es la mayor virtud de la película, el modo en que describe los tres elementos propios y la narración de la angustia de Cruise al encontrarse encerrado en un mundo de silencio, respeto mal entendido y fraude. Un pozo de silencio amargo que, aparentemente brilla con sus grandes mansiones, automóviles de lujo, grandes alabanzas y sus fiestas de excepcional puesta en escena. Un lujo que esconde, a modo de tapadera, el fraude y el delito que alcanza el asesinato cuando alguien incumple las reglas básicas, ya sea la falta de "respeto" (entrecomillado), ya sea hablar como un "loro" o como un "boquerón".

Como corolario de esta entrada os propongo dos microrrelatos de idéntica temátíca, sobre las amargas razones que obligaron a algunos a irse de España al comienzo de una crisis económica que hoy parece que empezamos a superar (que así sea).
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Los títulos de las obras son el mismo;



ME FUI

ME FUI – Me fui, eso es. Tomé sobre mi hombro mis escasas pertenencias: dos trajes de corbata, la pena de mi tierra que es incapaz de entregarme lo necesario y la alegría de aquellos amigos que, como yo, soñamos con regresar alguna vez. El destino, ¿quién lo sabe? El plazo, ¿lo desconozco? No me importa reconocer que me gusta, sin embargo, que vuelvan a cobrar sentido palabras como tierra o familia en la distancia.

Y ME FUI - Es duro ver cómo se marchitan los campos en este estío, crisis que nos hace regresar en el tiempo. Es triste verte en el espejo y reconocerte en aquellos que tuvieron que ir a tierras ajenas sin trabajo. Más triste todavía fue ver, en la estación, que los trenes retroceden como aves alojando en su vientre el mismo dolor de antaño. Más triste observar que solo un perro de ojos tristes me despide en el andén



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