El sitio de mi recreo I

Pop-Rock de los 80/90

Una Original Sinfonía en Diez Movimientos Primera Parte

No descubro nada si recuerdo que los enloquecidos primeros años de los 80 en España dieron como fruto un número espectacular de bandas de pop y rock de indudable creatividad y calidad. Y tampoco que aquellos años de conciertos y desenfreno tuvieron su otra cara de la moneda. Fueron muchos los líderes o miembros de diversos grupos que cayeron como consecuencia de aquella locura colectiva que aunaba ansias de libertad con desfase.

Aquel Nacha Pop de los primos Vega

Sin pretender nombrar a todos, que sería imposible, si quiero recordar a algunas de estas bandas que empezaron entre finales de los 70 y principio de los 80 y que fueron desapareciendo o se fueron transformando en algo diferente que llega hasta nuestros días. Desde Burning con su "Qué hace una chica como tú en un lugar como este", con sonido de garito y cuatro colegas desgañitándose con él, hasta aquellos Héroes del Silencio con su Rock profundo e internacional, interpretado de forma magistral por un Bunbury cuya fuerza desgarradora en el escenario es capaz de erizar la piel a cualquiera ya cante algunos de sus clásicos o se ponga con canciones más populares del tipo "El Jinete".

Grupos de Punk, Pop, Rock clásico, Rocabily, Rocker, Nueva Ola, Movida, Heavy, Mod, Radikal, Urbano o Mestizaje poblaron la piel de toro y ofrecieron un sinfín de posibilidades musicales como Alaska y Dinarama (su mejor versión), Loquillo y Trogloditas, Gabinete Caligari, Secretos, Tenesse, Rosendo, Limones, Nacha Pop, Hombres G,Siniestro Total, Radio Futura, Los Elegantes, Glutamato yeye, Golpes Bajos, Danza invisible, El Último de la Fila, La Mode, Objetivo Birmania, Mecano, Ilegales, Los Ronaldos, Seguridad Social, Tino Casal, Azul y Negro, Orquesta Mondragón, Kiko Veneno, Joaquín Sabina, Barricada, Leño, Barón Rojo, Ilegales, Los Nikkis, La Unión, La Guardia, Toreros Muertos, Tam Tam Go, Cómplices, Semen Up, La Frontera y un largo etcétera, 

Aquella Radio Futura de los hermanos Auserón

Valgan como pequeño ejemplo de lo que en esas dos décadas vivimos, mas intensamente hacia mediados de los ochenta cuanto todo el mundo quería formar un grupo semejante en cualquiera de sus vertientes artísticas, que aquí cada uno tenía su carisma. Yo escuche de todo por entonces y casi todo bueno o muy bueno.

De aquellos grupos sonaron canciones únicas como Deseo carnal, María, Cuatro Rosas, Déjame, Lucha de Gigantes, Annabel Lee, Bailaré sobre tu tumba, Pájaros de Barro, Embrujada, Sin documentos, Princesa, Adiós Papá y otro larguísimo etcétera que solo puede dejarme mal a mí y a mi flaca memoria.

Los Secretos de los hermanos Urquijo

Pues si es difícil poner un representante de todo aquello, ya sea como persona o como canción en cuanto a la intensidad, calidad y consecuencias, pero yo creo que no es del todo injusto elegir a Antonio Vega (cantante junto a Nacho Vega de Nacha Pop y luego en  solitario) y la canción que yo diría pone fin a esa época tan entusiasta y convulsa y que podría escenificarse en su propia letra que es "El Sitio de mi Recreo", porque en mi opinión es común a todos aquellos grupos y cantantes que tuvieron en esos años a lo largo de España su particular sitio para su recreo en la Música.

Entonces se vivió intensamente una fiebre creativa impulsada por el éxito de los sellos discográficos y un público ansioso de descubrir nueva música y de asistir a la creación de nuevos grupos con el que sentirse identificado. Una época divertida que tuvo sus excesos y que muchos pagaron caro, pero ese es otros tema, quizá para otro momento.

Los Mecano de los hermanos Cano

Y a partir de aquí mi relato que tiene que ver con aquellos años porque aquellos tiempos se vivieron muy intensamente con la música y este relato es una relación entre la música y la propia vida con sus distintos cruces accidentales.

Si bien las Sinfonías se realizan en Cuatro Movimientos, la que yo os propongo como relato está dividida en diez movimientos, diez momentos de dos vidas que se cruzan hasta llegar a un final... inesperado. En esta entrada os propongo los Tres Primeros Movimientos, dejando para las siguientes entradas, los restantes movimientos hasta concluir la sinfonía.


UNA ORIGINAL SINFONÍA EN DIEZ MOVIMIENTOS

Eloise y Embrujada, dos de Tino Casal

Introito: la conocí un día cualquiera, no recuerdo la fecha exacta ni el día de la semana. Si lo supiera, ella, seguro me lo hubiera echado en cara pues no le gustaba señalar las fechas de las cosas. De modo que olvido y recuerdo los momentos y no me arrepiento de haberla conocido, pues como vino se fue, ¡tantas veces!. Tal como llegó, la vi marcharse... una y otra vez.... como la lluvia intensa de un día de primavera... Intensa y refrescante, así fue, así es. Me queda el recuerdo de estos diez momentos. Unos recuerdos que se quedaron dormidos bajo mi piel como el calor de los primeros rayos de luz de un día de verano. Una Sinfonía que creció de cuatro a diez movimientos.
El Dese Carnal de Alaska y Dinarama
Primer movimiento: “el metro de Madrid en hora punta es insufrible, las colas que se forman te conducen de un lugar a otro sin que tengas control preciso en cada pisada, los carteles te dirigen de una muchedumbre a otra y se mezclan los olores intensos y ruidosos, el metal con el pan; las burbujas de una coca cola, con los tacones repiqueteantes de una mujer que se arregla para ir a trabajar. En la esquina esa mujer utiliza la cámara del móvil para acabar de pintarse los labios.
Subí por la escalera mecánica en dirección a la Línea Siete, iba bien de tiempo y decidí no caminar y dejarme llevar por la cadena fija de la fila lenta de la escalera. Ella bajó por la otra y levanté, a su paso, la mirada sin querer. La vi con la sonrisa inquieta e inocente, pegaba tan poco en el paisaje matinal de esta ciudad que me detuve al llegar a la planta superior y la seguí... De repente, mi trabajo dejó de interesarme y la hora se hizo irrelevante.
Al doblar la esquina en dirección a una salida me tropecé con ella, se giró y me besó.”
Loquillo y Trogloditas fueron una banda que hizo época

Segundo movimiento: “las sábanas huelen a su perfume y la ausencia de su cuerpo produce la añoranza del primer encuentro, el olor del metro y ese tropezón fueron el comienzo de una sinfonía. No sé por qué me besó y creo que ella tampoco... Todavía no sé su nombre pero ya he podido saborear su aroma intenso y la suavidad de su piel de porcelana. Ni una sola palabra hemos cruzado y ya la he perdido, quizás fuera porque me dormí después de la mezcla de amor y desenfreno. Tengo que volver a verla pues no sé siquiera su nombre.
La ciudad se mueve al compás de una batuta que ignora los secretos de la vida, apenas los intuyo pero sé que algo marcha fuera de compás. Es vertiginoso mirar desde la ventana el deambular de la gente que se dirige o vuelve de sus trabajos, los coches de reparto y la precisión de los autobuses que expulsan viajeros... lo mismo que los recogen de las paradas como un deglutir espasmódico. Falta un buen director que ayude a percibir los sentimientos de vacío y enfado que produce la ciudad. Para mí, todo ruido es exterior desde ese beso, desde el roce de su cuerpo. Ni una palabra nos dijimos, sólo que dos miradas que se cruzan y un romance que se confunde con la piel... Y no volveré a verla nunca más. Ella es un momento que se me regala... Un momento que se va sin más motivo; como ella vino... se fue.”

Los vuelos rasantes de Barón Rojo

Tercer movimiento: “la estación de metro no tiene ya secretos para mí, subo y bajo por el mismo lugar donde la vi - tantas veces al día en busca del encuentro fortuito - el chillido de los raíles de la escalera 68 resulta un compás gracioso, como el ritmo que marca el devenir de la gente... Ahora se queda vacío el pasillo, sonará el chillido cinco veces, y regresará la muchedumbre a pasar por donde espero para verla otra vez. El torpe violinista de origen rumano repite una y otra vez la misma melodía y, si al principio prestaba atención a los errores, ya dejé de intentar saber si tocaba algo realmente o era una música de algún podcast descargado lo que sonaba.

El Punk de siniestro Total
Sucedió algo gracioso a las siete y cuarto de la tarde. Un gato negruzco, o pardo, apareció de repente entre los pies de la gente. Eso hizo tropezar a una mujer que dejó caer su bolsa de Mercadona haciendo rodar las manzanas por todo el pasillo; un caballero trajeado de bigote engominado quiso ayudarla y chocaron sus cabezas, él se hizo una brecha mientras la anciana apenas sintió nada. Tuvieron que llamar al 112, que le atendió de urgencias; con una pequeña cura, unos puntos y a correr nuevamente los pasillos eternos de la estación de Metro. Mientras tanto, yo seguí en mi sitio... buscando otro encuentro fortuito menos doloroso.”

Y, en mi opinión, quién marcó el cenit de aquella época Heroes del Silencio


Continuará

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