Publicar microcuentos en Twitter
Nuevas formas de expresión narrativa
Comprimir la historia al máximo
De entre las muchas alternativas de dar a conocer lo que escribes y de expresarte de forma escrita a través de nuevas formas de expresión narrativa están los microcuentos de Twitter, antes en 140 caracteres y ahora en 280. Hay muchos autores, relevantes o no, y algunas webs y blogs que se hacen eco de los microcuentos publicados por la infinidad de autores que, de vez en cuando, hacemos pinitos en este bello arte de comprimir historias y a la vez tratar de darle vigor narrativo a una ínfima historia en cuanto a dimensión pero que puede llegar a contar cuentos verdaderamente interesantes y profundos. Y es que muchas veces, es mejor insinuar algo que decirlo explícitamente... y para insinuar, basta con un mero chismorreo o un breve trino de un pájaro azul.
Tengo la intención de hacerme eco en esta entrada de mi blog de mis últimos siete microcuentos, para seguir - más adelante - con mis publicaciones anteriores. Espero que os gusten y susciten vuestro interés, las últimas razones de cada uno de ellos no creo que las cuente nunca, pues todas tienen un sentido último, pero qué es la vida sin misterio...
PRIMERO Cuando espero que alguien despierte..., ¡¡¡Vamos!!!
#microcuento El mundo se detuvo un momento, algo que antes nunca había sucedido, y se sintió el centro de un universo de miradas furtivas, pero se detuvo en unos ojos que nunca antes había visto; alguien le miraba... Y deseó, como nunca antes, que el mundo reanudara su viaje. pic.twitter.com/noNVY6lMSP— vicente boado quijan (@vbq2012) 18 de abril de 2018
#microcuento Cada obra buena que hagas recibirá como recompensa su parte oscura, su lado turbio y confuso, todo aquello que nadie desea. Luk acariciaba con su larga uña la cáscara de huevo y me miró con un gesto inquietante. Le sonreí amigablemente, "lo malo no procede de fuera". pic.twitter.com/zsWxIxUaHV— vicente boado quijan (@vbq2012) 17 de marzo de 2018
TERCERO ¡Ah!, los libros
#microcuento ¡Hola! El espejo le devolvía la cruda realidad ¡Estaba solo! Tomó de entre sus libros el Ulises de Joyce y dijo para sí. "Hoy es el momento". Abrió la novela y, absorto, leyó una página tras otra. Se detuvo y pensó, "la soledad es, quién lo duda, una oportunidad". pic.twitter.com/TQj14Lupom— vicente boado quijan (@vbq2012) 11 de marzo de 2018
CUARTO Aquel mozo que hoy es una joven promesa
#microcuento Me voy a Batán, profe, porque lo que quier-o es ser torero. Con la puerta del despacho abierta no supo qué responder, le hubiera gustado hacerle pensar, detener su ímpetu, salvarle de algunas cornadas...; y el silencio dormido hizo, con tiempo, una promesa del toreo. pic.twitter.com/9GBUACEwOY— vicente boado quijan (@vbq2012) 8 de marzo de 2018
QUINTO¿Se puede añorar lo que nunca has tenido? Sí, y se llama melancolía
#microcuento Ella miraba desde la arena las estrellas y parecía leerlas una a una. Luego, un río de arena caía sobre la toalla dibujando letras, de fondo el mar soñaba; y las letras formaron palabras: "me sé ya, todas tus estrellas". Una lágrima callada cayó sobre esas palabras. pic.twitter.com/otPbk4KukC— vicente boado quijan (@vbq2012) 4 de marzo de 2018
#microcuento "Cuando pierdas, no pierdas la ocasión de aprender la lección", he leido que decía alguien por ahí. Pues aprovecho la ocasión de recordar que he subido hasta aquí no para competir sino a disfrutar de las buenas vistas, de un buen momento contigo. pic.twitter.com/WbHnRLNnN4— vicente boado quijan (@vbq2012) 2 de marzo de 2018
SÉPTIMO Uff, Madrid en coche y cuando llueve...
#microcuento Viernes de agua, el tráfico se hace pesado, nervioso, inquieto - ya no llego -; uno se baja con cara de pocos amigos, alguien con prisas ha rozado su ego - no, no llego -; se enzarzan la culpa con el ego. Madrid bajo un manto de agua, las luces son fuego y no llego. pic.twitter.com/N28ESzwKbZ— vicente boado quijan (@vbq2012) 2 de marzo de 2018
Dedicado a Santi, ¡vamos que tú puedes!
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