En resumen

De los árboles literarios al león que se comió las mariposas

Blogger, los boots, y las políticas de google

Tras varios años de jugar con el blogger de google a esto de ser escritor por cuenta propia y porque me da la gana, tras varios años de expresarme bajo la premisa "sabiniana" de que estas teclas son mías, sería bueno hacer unas reflexiones.
 
Mi entrada más exitosa es la que hace referencia a la canción Lo Malo de Ana Guerra y Aitana y el cuento de Uans Apon A Taim a cuenta de los leones que no se comieron las mariposas. Y de gusanos, crisálidas y mariposas va la cosa, sin necesidad de psicoanalizar nada, pues la metamorfosis se produce también en las ranas y aquí no hay príncipes ocultos bajo la vulgar imagen..., o quizás sí.

Estos días que ha vuelto a estar de moda Queen y Freddy Mercury a cuenta de su vida, estamos escuchando de nuevo la genial melodía de Bohemian Rapsody; aunque su historia es más bien inquietante, no deja de sorprender ese Rock mezclando con música de ópera, esa voz de tenor en una banda de Rock de los ochenta, esa belleza descomunal que esconden las melodías de Queen y esa vida salvajemente vivida más allá de los cánones de su principal componente, un hombre hábil para las melodías y que dicen no compuso ninguna letra, Desconozco si la letra de Bohemian es suya o no, pero parece el reflejo de sus enormes contradicciones, la verdad. Tiene la firma del autor.



Empecé, en este negociado hace años, con la idea de ofrecer mi punto de vista en esto de contar historias, mi forma de expersarme como un estado de necesidad que surge de una experiencia vital, a veces satisfactoria, otras veces, claramente insatisfactoria. Como aquel que lleva años contemplando un jardín, me decidí a plantar un árbol porque el ancho paisaje necesitaba de sombra y de belleza. A eso me dispuse con la mayor de las vanidades encendidas y la más humilde de las virtudes que es la que el oficio de escritor exige,

Y de paso, estudié el mundo de los blogs, de las webs y del marketing digital, de las Redes Sociales y experimenté con la cosecha, que es fruto de mi trabajo, lo que significa dar contenido al mundo virtual y global que nos hemos creado. Me descubrí un día como un experto en Marketing Digital y hoy enseño estas técnicas a los alumnos que muestran interés en lo que les cuento.

Quizás ha habido un exceso de yo al estilo Whitman, pero (perdonen la petulancia) ha sido en interés siempre de los otros, pues el oficio de escritor necesita de esos otros para existir, y al modo que descubre Lewis, yo también he decubierto, que escribimos para saber que no estamos solos, que al final de todo este hilo, alguien te lee y te comprende, que más allá de los nuevos muros, alguien al otro lado de la barrera y de la frontera de plata se alimenta de lo mismo que se alimenta el escritor y se siente acompañado y acompaña a la procelosa labor del pretencioso, del vanidoso que cree tener algo que decir a los demás.



Sí, me encanta escribir. Me encanta contar historias. Y haciéndolo he conocido a otros que les encanta leer, que les encanta escribir como a mí, y he encontrado gente con un talento descomunal que busca su equilibrio, que se asoma a mundos fantásticos en los que se recrea, que lee y comparte. He descubierto un mundo estrecho dentro de un campo global que escribe historias costumbristas desde Venezuela a Australia empleando como medio nuestro extraordinario idioma.

He descubierto mundos góticos e historias negras, comedias y románticos empedernidos gracias a este mundo virtual que se me antoja muy real y muy prometedor, así que.... "al estilo de quien deja su espada con la fama de quien la blandiera y no por el docto oficio del forjador preciada", aquí os dejo un relato, "mi torpe aliño indumentario". Relato calificado de pretencioso, como muchas otras cosas que he hecho. Pero de vez en cuando, entre pretenciosas intenciones, creo haber escrito cosas interesantes, incluso alguna que otra bastante buena pues hubo hasta reconocimiento público y notorio.

Ah!!!, esto no es todo amigos porque mientras haya un sueño que justifique mi vida, mientras haya alguien por quién escribir (esto es por ti, que me lees más allá de esa frontera de plata), menda seguirá escribiendo pues si algo he aprendido tras tantos años ya, es que si no cuentas tú, tu historia, alguien cogerá el lápiz y la contará por ti... y no será igual. Be foolish, my friend

Os dejo pues este relato... sorprendente



La firma de la artista

Comenzó suave y tímida como una oruga al ocupar la crisálida. Tras las primeras caricias se volvió mariposa que revoloteaba libre, feliz y dichosa en mi espalda. Al sonido de las alas tenaces y suaves se le juntaron varias orugas tranquilas que llenaron de seda mi espalda, saliendo animosas de la matamorfosis osada en busca de mi pecho callado.

Enseguida, mil mariposas inquietas rodearon mi cuerpo entero como si no hubiera manjar más preciado que libar de mi piel salada. Sentí despierta la piel que antes estaba callada como dormida en un letargo profundo.

Mi cuerpo dijo quiero por delante de mi alma, luego le siguió volando mi espíritu codicioso. Entre las alas de las mil mariposas ambos flotaron, ambos dijeron deseo que libes de esta piel helada, marchita y rosada.

Luego despertó mi mirada y observó la abierta boca de unas alas oscuras a la hora cerrada de las hadas, cuando ellas se guardan y duermen como niñas que sueñan con mañanas de mariposas que vuelan y danzan.

Pero no serán mariposas las frugíferas alas que vuelen mañana; serán esas que comen y son comidas del árbol prohibido cuando la noche despierta y el día se calla y, entonces, sentí hundirse en mi cuello dos dardos, dos sables, dos espadas.

Mi sangre cayó tras la firma de la artista como gotas insolentes del fruto devorado por mi vampiresa callada.



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